Con una almohadilla de algodón y esta fórmula súper eficaz, eliminarás las impurezas sin necesidad de tallar ni enjuagarte el cutis.
Las micelas actúan como imanes que atraen y eliminan las impurezas que se acumulan en la piel, dejando el cutis con una sensación limpia sin necesidad de enjuagártelo.
Limpia tu rostro rápidamente durante una mañana ajetreada o ten a la mano una botella de este limpiador facial que no se tiene que enjuagar, para limpiarte el cutis después de ir al gimnasio durante tu hora del almuerzo.
Después de un largo día o de una noche fuera de casa, consiente tu cutis con una limpieza doble. Primero usa el agua micelar para desintegrar el maquillaje facial y luego usa el limpiador Mary Kay® especialmente formulado para tu tipo de piel.
Ya sea que estés de prisa o quieras darle un poco de atención extra a tu piel, esta solución de limpieza versátil está diseñada para brindarte los resultados que buscas.
